Asamblea Nacional por la Democracia y la Soberanía Popular
Queridos compañeros de la Asamblea Nacional:
Quiero entregarles un saludo fraterno en este día tan importante en la construcción de la unidad y la propuesta de la izquierda chilena.
Quiero agradecerles por el tiempo que me permitió como precandidato conocer y recorrer diversas asambleas comunales, valorando allí entre ustedes el sentimiento plural y generoso del desafío que implica hoy día la tarea política de avanzar hacia una verdadera democratización para Chile.
Hoy es tiempo de unidad. Tiempo de organizar la esperanza y de construir una propuesta programática solidaria, digna, soberana, democrática y justa para Chile. Una propuesta alternativa al modelo neoliberal depredador y generador de tanta injusticia, arbitrariedad, inequidad y desigualdad entre los chilenos. Esa alternativa está contenida en el programa que hoy ha sido presentado a esta Asamblea. Saludamos entonces este gran esfuerzo colectivo de elaboración programática. Chile ya tiene un programa alternativo. Chile ya tiene una propuesta diferente para construir su futuro. Chile ya tiene un camino para forjar sueños.
Hoy es tiempo de unidad, de organizar la unidad de la izquierda. No ha sido fácil. No es fácil ni será fácil. Pero debemos trabajar incansablemente. Debemos seguir trabajando de un modo pluralista las distintas corrientes políticas y de pensamiento social: comunistas, humanistas, miristas, cristianos de izquierda, laicos; las distintas culturas y movimientos sociales, ecologistas, indígenas, distintas agrupaciones sociales y luchadoras por la libertad y la esperanza; los defensores infatigables por las luchas sociales, pobladores, campesinos, trabajadores, jóvenes, mujeres, tercera edad, defensores de derechos humanos y todos aquellos que luchan por una sociedad mejor, más justa, digna y democrática.
Hoy es tiempo de unidad y responsabilidad. No podemos dejar que sectores mayoritarios de este país, sectores populares, sectores excluidos, sectores golpeados por este sistema, sigan votando por representantes del modelo neoliberal, la Alianza por Chile y la Concertación.
No podemos dejar que las grandes mayorías sean reproductoras voluntarias de su propia exclusión y conculcación . No podemos dejar que se propague la sumisión. No podemos dejar que aquellos a quienes se les niega la satisfacción de sus necesidades sigan votando por sus represores.
No más votos a la ilusión.
No más votos al engaño.
No más votos a la domesticación.
Hoy es tiempo de unidad y de organizar el poder social, local y popular de las mayorías de este país. Es el tiempo de fortalecer las organizaciones sociales y fomentar la participación en cada rincón del territorio nacional.
Hoy es tiempo de la voz ciudadana, de las consultas populares y plebiscitos locales. Hoy es tiempo de manifestación y movilización social. Es el tiempo de recuperar la palabra, de marchar por las calles, de protestar y de proponer a nivel local, regional y nacional otras formas, maneras y decisiones para enfrentar los problemas económicos y sociales que viven los chilenos.
Hoy es tiempo de visibilizar los conflictos. De visibilizar los temas ausentes. De visibilizar las vivencias de quienes las experimentan. De visibilizar las propuestas para un nuevo Chile.
Hoy es tiempo de indignación. El individualismo, el egoísmo, la desconfianza, el engreimiento autoritario y discriminador se ha adueñado del modo de ser de nuestra convivencia nacional y de la forma como se elaboran y ejecutan las políticas generales del país. Debemos indignarnos. No debemos permitir más que se siga viendo a los ciudadanos como "cisnes de cuelo negro y al país con indolencia, como se hace con el río Cruces".
Hoy es tiempo de indignación. Con las actuales tasas de crecimiento, la desigualdad económica no sólo es la gran deuda de Chile, sino un motivo ineludible de indignidad. No es posible que la derecha y la Concertación que han tenido el gobierno, el poder y todos los recursos, hoy digan que les preocupa la desigualdad. No sólo no les creemos; también nos indigna su hipocresía.
Hoy es tiempo de indignación cuando vemos que se firma la ley de crédito universitario con garantía estatal de espaldas a los universitarios y cuando la Corte Suprema dicta un fallo a favor de Celulosa Arauco, con graves errores, sustentados en documentos falsos y denunciado públicamente por la prensa. No sólo estamos frente a una justicia de clases, sino frente a una "vergüenza nacional": Las sociedades de gentes son aquellas en las que sus instituciones no humillan a sus ciudadanos. Aquí sí. Aquí se les humilla.
Hoy es tiempo de coherencia, compromiso y consecuencia. Sólo la izquierda tiene la capacidad ética de indignarse y enarbolar las banderas de la igualdad y la justicia, y de prepararnos para una larga marcha por la dignidad, contra los atropellos y abusos que se cometen con los chilenos.
Hoy es tiempo de asumir los grandes desafíos. Si queremos un país sustentable, en que el patrimonio de nuestro territorio sea una ecología de vida, debemos trabajar en cada lugar de Chile para que no haya más "ruta de la caca", como lo es aquella de Pudahuel a Til-Til.
Hoy es tiempo de asumir los desafíos que requiere dar a conocer en todas partes de Chile la propuesta programática de esta Asamblea Nacional. Creando conciencia de que sí es posible soñar con una sociedad donde el pueblo organizado sea el constructor de una sociedad democrática, pluralista y participativa.
Hoy es tiempo de desafíos, de asumir que un país es un modo de enfrentar y proyectar su pasado. No queremos más contrabandistas de la memoria. Queremos construir un Chile desde el dolor de la memoria colectiva que se proyecte al futuro mediante una unidad nacional sobre la base de una nueva Constitución levantada por todos los chilenos.
Hoy es tiempo de desafíos. En la izquierda tenemos la gran tarea de la unidad. De construir un camino juntos, principalmente para los jóvenes de este país. De decirles que Chile no debe ser una sociedad del control y del castigo, sino una sociedad donde debajo de los adoquines está la playa, como lo decían los jóvenes de mayo del 68. Debajo del asfalto de las grandes carreteras están las plazas, el canto, la cultura y la alegría.
Hoy es un tiempo de desafíos. De luchar por un nuevo modelo civilizatorio. De luchar por una nueva época que supere las bases del proyecto patriarcal y dominador que nos rige. Una nueva época que rompa con un mundo fragmentario y excluyente impuesto por el capitalismo Una nueva época que trabaje por el desarrollo integral del ser humano y por una nueva manera de mirar el mundo, donde al mismo tiempo que generamos grietas al sistema construimos la propuesta del nuevo Chile que queremos.
Hoy es un tiempo de desafíos. De mostrar que es posible una unidad de la izquierda, y que somos y seremos la fuerza social y política que ofrecerá un nuevo proyecto para Chile.
Hoy es un tiempo de desafío y propuesta. Tenemos un programa nacional. Tendremos una plantilla parlamentaria única y tenemos a Tomás Hirsch como candidato único para encabezar las luchas y concluir un proyecto de sociedad alternativo y popular de la izquierda.
A democratizar la democracia.
A organizar la esperanza.
A luchar por la unidad.
A construir el sueño de todos, porque al final, como dijo Neruda, ganaremos, ganaremos nosotros, los más sencillos ganaremos y aunque tú no lo creas ganaremos.
Viva la unidad de la izquierda,
Viva un nuevo proyecto para Chile.
Muchas gracias.
Manuel Jacques Parraguez
Discurso presentado ante la
Asamblea Nacional por la
Democracia y la Soberanía Popular
SANTIAGO, junio 5 de 2005
Quiero entregarles un saludo fraterno en este día tan importante en la construcción de la unidad y la propuesta de la izquierda chilena.
Quiero agradecerles por el tiempo que me permitió como precandidato conocer y recorrer diversas asambleas comunales, valorando allí entre ustedes el sentimiento plural y generoso del desafío que implica hoy día la tarea política de avanzar hacia una verdadera democratización para Chile.
Hoy es tiempo de unidad. Tiempo de organizar la esperanza y de construir una propuesta programática solidaria, digna, soberana, democrática y justa para Chile. Una propuesta alternativa al modelo neoliberal depredador y generador de tanta injusticia, arbitrariedad, inequidad y desigualdad entre los chilenos. Esa alternativa está contenida en el programa que hoy ha sido presentado a esta Asamblea. Saludamos entonces este gran esfuerzo colectivo de elaboración programática. Chile ya tiene un programa alternativo. Chile ya tiene una propuesta diferente para construir su futuro. Chile ya tiene un camino para forjar sueños.
Hoy es tiempo de unidad, de organizar la unidad de la izquierda. No ha sido fácil. No es fácil ni será fácil. Pero debemos trabajar incansablemente. Debemos seguir trabajando de un modo pluralista las distintas corrientes políticas y de pensamiento social: comunistas, humanistas, miristas, cristianos de izquierda, laicos; las distintas culturas y movimientos sociales, ecologistas, indígenas, distintas agrupaciones sociales y luchadoras por la libertad y la esperanza; los defensores infatigables por las luchas sociales, pobladores, campesinos, trabajadores, jóvenes, mujeres, tercera edad, defensores de derechos humanos y todos aquellos que luchan por una sociedad mejor, más justa, digna y democrática.
Hoy es tiempo de unidad y responsabilidad. No podemos dejar que sectores mayoritarios de este país, sectores populares, sectores excluidos, sectores golpeados por este sistema, sigan votando por representantes del modelo neoliberal, la Alianza por Chile y la Concertación.
No podemos dejar que las grandes mayorías sean reproductoras voluntarias de su propia exclusión y conculcación . No podemos dejar que se propague la sumisión. No podemos dejar que aquellos a quienes se les niega la satisfacción de sus necesidades sigan votando por sus represores.
No más votos a la ilusión.
No más votos al engaño.
No más votos a la domesticación.
Hoy es tiempo de unidad y de organizar el poder social, local y popular de las mayorías de este país. Es el tiempo de fortalecer las organizaciones sociales y fomentar la participación en cada rincón del territorio nacional.
Hoy es tiempo de la voz ciudadana, de las consultas populares y plebiscitos locales. Hoy es tiempo de manifestación y movilización social. Es el tiempo de recuperar la palabra, de marchar por las calles, de protestar y de proponer a nivel local, regional y nacional otras formas, maneras y decisiones para enfrentar los problemas económicos y sociales que viven los chilenos.
Hoy es tiempo de visibilizar los conflictos. De visibilizar los temas ausentes. De visibilizar las vivencias de quienes las experimentan. De visibilizar las propuestas para un nuevo Chile.
Hoy es tiempo de indignación. El individualismo, el egoísmo, la desconfianza, el engreimiento autoritario y discriminador se ha adueñado del modo de ser de nuestra convivencia nacional y de la forma como se elaboran y ejecutan las políticas generales del país. Debemos indignarnos. No debemos permitir más que se siga viendo a los ciudadanos como "cisnes de cuelo negro y al país con indolencia, como se hace con el río Cruces".
Hoy es tiempo de indignación. Con las actuales tasas de crecimiento, la desigualdad económica no sólo es la gran deuda de Chile, sino un motivo ineludible de indignidad. No es posible que la derecha y la Concertación que han tenido el gobierno, el poder y todos los recursos, hoy digan que les preocupa la desigualdad. No sólo no les creemos; también nos indigna su hipocresía.
Hoy es tiempo de indignación cuando vemos que se firma la ley de crédito universitario con garantía estatal de espaldas a los universitarios y cuando la Corte Suprema dicta un fallo a favor de Celulosa Arauco, con graves errores, sustentados en documentos falsos y denunciado públicamente por la prensa. No sólo estamos frente a una justicia de clases, sino frente a una "vergüenza nacional": Las sociedades de gentes son aquellas en las que sus instituciones no humillan a sus ciudadanos. Aquí sí. Aquí se les humilla.
Hoy es tiempo de coherencia, compromiso y consecuencia. Sólo la izquierda tiene la capacidad ética de indignarse y enarbolar las banderas de la igualdad y la justicia, y de prepararnos para una larga marcha por la dignidad, contra los atropellos y abusos que se cometen con los chilenos.
Hoy es tiempo de asumir los grandes desafíos. Si queremos un país sustentable, en que el patrimonio de nuestro territorio sea una ecología de vida, debemos trabajar en cada lugar de Chile para que no haya más "ruta de la caca", como lo es aquella de Pudahuel a Til-Til.
Hoy es tiempo de asumir los desafíos que requiere dar a conocer en todas partes de Chile la propuesta programática de esta Asamblea Nacional. Creando conciencia de que sí es posible soñar con una sociedad donde el pueblo organizado sea el constructor de una sociedad democrática, pluralista y participativa.
Hoy es tiempo de desafíos, de asumir que un país es un modo de enfrentar y proyectar su pasado. No queremos más contrabandistas de la memoria. Queremos construir un Chile desde el dolor de la memoria colectiva que se proyecte al futuro mediante una unidad nacional sobre la base de una nueva Constitución levantada por todos los chilenos.
Hoy es tiempo de desafíos. En la izquierda tenemos la gran tarea de la unidad. De construir un camino juntos, principalmente para los jóvenes de este país. De decirles que Chile no debe ser una sociedad del control y del castigo, sino una sociedad donde debajo de los adoquines está la playa, como lo decían los jóvenes de mayo del 68. Debajo del asfalto de las grandes carreteras están las plazas, el canto, la cultura y la alegría.
Hoy es un tiempo de desafíos. De luchar por un nuevo modelo civilizatorio. De luchar por una nueva época que supere las bases del proyecto patriarcal y dominador que nos rige. Una nueva época que rompa con un mundo fragmentario y excluyente impuesto por el capitalismo Una nueva época que trabaje por el desarrollo integral del ser humano y por una nueva manera de mirar el mundo, donde al mismo tiempo que generamos grietas al sistema construimos la propuesta del nuevo Chile que queremos.
Hoy es un tiempo de desafíos. De mostrar que es posible una unidad de la izquierda, y que somos y seremos la fuerza social y política que ofrecerá un nuevo proyecto para Chile.
Hoy es un tiempo de desafío y propuesta. Tenemos un programa nacional. Tendremos una plantilla parlamentaria única y tenemos a Tomás Hirsch como candidato único para encabezar las luchas y concluir un proyecto de sociedad alternativo y popular de la izquierda.
A democratizar la democracia.
A organizar la esperanza.
A luchar por la unidad.
A construir el sueño de todos, porque al final, como dijo Neruda, ganaremos, ganaremos nosotros, los más sencillos ganaremos y aunque tú no lo creas ganaremos.
Viva la unidad de la izquierda,
Viva un nuevo proyecto para Chile.
Muchas gracias.
Manuel Jacques Parraguez
Discurso presentado ante la
Asamblea Nacional por la
Democracia y la Soberanía Popular
SANTIAGO, junio 5 de 2005
0 comentarios